martes, 5 de abril de 2011

Cazaminas contra cazatesoros

T. CONSTENLA / P. ESPINOSA - Madrid / Cádiz - 06/10/2010

La Armada detecta 128 pecios en el golfo de Cádiz durante la primera campaña arqueológica de su historia.


Nadie quiere más Odyssey excepto Odyssey. Desde 2007, cuando el tesoro de oro y plata sumergido del buque Nuestra Señora de las Mercedes voló hacia Estados Unidos -y todavía no ha sido devuelto por la poderosa compañía de cazatesoros pese a las resoluciones a favor de España-, las Administraciones se han tomado en serio la protección del patrimonio arqueológico subacuático que, hasta entonces, se ejercía tímidamente y por barrios (Cataluña, Valencia y Andalucía eran las únicas comunidades con centros específicos). Tan en serio que la Armada ha destinado durante un mes al cazaminas Sella, diseñado para evitar explosivos enemigos, a rastrear el golfo de Cádiz para buscar restos arqueológicos.

Es la primera vez que unidades militares se implican en esta tarea -ocurre tras el convenio que firmaron en 2009 los Ministerios de Cultura y Defensa-, pero se pretende consolidar en el futuro para elaborar cartas arqueológicas de todo el litoral español, uno de los más ricos en vestigios históricos con unos 3.000 pecios estimados.


Vehículo remoto submarino de la Armada



En este mes, se han localizado en el golfo de Cádiz 1.300 contactos, de los cuales 128 son pecios -históricos o actuales- en profundidades que no superan los 200 metros. Ahora serán los arqueólogos quienes determinarán si tienen interés histórico o no (se realizarán inmersiones de buceo en los que están a menos de 50 metros y estudios mecánicos en los otros). Entre los 15 ya analizados, solo tiene valor un ancla del siglo XVIII. Entre los restantes, la mayoría serán descartados. "Pueden ser lavadoras", admite el jefe técnico de la campaña, Daniel González-Aller. Hay vestigios de lo que podrían ser unas ruinas urbanas y varias estructuras de barcos, pero ni rastro de los más deseados, el Santísima Trinidad (baja en la batalla de Trafalgar en 1805) o el Reina Regente (galeón hundido durante un temporal a finales del XIX). "Seguiremos buscando", anunció ayer a bordo del cazaminas la ministra de Defensa, Carme Chacón, que se desplazó a Rota (Cádiz). A su lado, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, dijo: "El mar no es una caja fuerte. Es más bien un libro donde se escribe la historia". "En el mar esos libros de historia muchas veces solo se pueden leer una vez, de ahí la importancia de conservarlos", precisó el consejero andaluz de Cultura, Paulino Plata.

"Donde unos ven un botín, nosotros vemos nuestra historia. Donde otros buscan oro, nosotros encontramos nuestro patrimonio. Donde otros quisieran expoliar, nuestra vocación es conservar", abundó Chacón. Un aviso a navegantes ansiosos de tesoros. Y la costa gaditana abunda en ellos: se estima que concentra entre el 17% y el 27% de los 3.000 pecios del litoral español. Conocer exactamente cuántos y dónde ayudará a protegerlos, en opinión de la directora general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Ángeles Albert. "Lo que se documenta siempre es bueno para preservar", sostiene. Las cartografías que se obtengan no serán en ningún caso "información pública", aclara para despejar temores sobre si se estará dando bazas al adversario.

El mes de trabajo de la Armada ha contado con lanchas hidrográficas transportables y con cazaminas. "Detectan, clasifican, identifican y neutralizan, aunque esta última fase se ha suprimido en esta campaña", aclaró con una sonrisa el jefe técnico de la campaña. Las lanchas, que usan un sondador multihaz, especializado en rastreos de entre cinco y 200 metros de profundidad, y un sónar de barrido lateral, con capacidad de hasta 40 metros, hallaron 80 restos susceptibles de tener interés. De ellos solo uno ha sido identificado por los arqueólogos. Son unas anclas que ahora tendrán que ser datadas y valoradas.

Los cazaminas han podido encontrar otros 48 restos investigables, gracias al sónar de profundidad variable con capacidad para llegar a 250 metros de profundidad y el vehículo de control remoto Pluto Plus, un robot con cámaras de televisión que capta imágenes a 200 metros bajo el mar. "El trabajo más importante llega ahora, que es el de los arqueólogos. Ellos deben saber qué es de interés, identificar a qué época pertenecen y determinar su procedencia", detalló González-Aller.

Identificar los pecios es clave para poder protegerlos. En Andalucía ya se han tomado medidas como la de declarar bien de interés cultural un centenar de restos como zonas arqueológicas y zonas de servidumbre arqueológica. Lugares donde hay o se presume que hay piezas sumergidas del pasado que se protegen legalmente para evitar la visita de expoliadores o los daños provocados por futuras obras públicas o privadas.

Arqueología submarina

eldiariomontanes.es | Julian Mendez

Entrevista con Luis Valero: "Hay oro hundido como para acabar con la crisis"

Luis Ángel Valero Bernabé (Madrid, 1954) es un buscador de tesoros. Asegura Valero que los lingotes de oro y plata que cargan los más de 3.000 barcos hundidos en las costas españolas servirían para poner fin a la crisis de la economía española. Así, de un plumazo.Luis Ángel Valero Bernabé (Madrid, 1954) es un buscador de tesoros. Asegura Valero que los lingotes de oro y plata que cargan los más de 3.000 barcos hundidos en las costas españolas servirían para poner fin a la crisis de la economía española. Así, de un plumazo.


Sólo el 'HMS Sussex', un buque de bandera inglesa de 48 metros de eslora, 80 cañones y 560 marineros a bordo, naufragado frente a Gibraltar en 1694, podría darle una buena alegría a la Hacienda pública. El navío cargaba nada menos que 10 toneladas de oro y 100 de plata, en hermosos lingotes, destinados a comprar la fidelidad del duque de Saboya en la guerra contra Francia. El valor se estima en más de 500 millones de euros. Y, eso por no hablar de los famosos galeones de Rande, hundidos en 1702 frente a la bahía de Vigo con riquezas fabulosas. Tanta fama tenía aquel tesoro, tapado hoy bajo miles de toneladas de lodo, que Julio Verne hizo que el capitán Nemo enviara a Rande a los tripulantes del 'Nautilus' para aprovisionarse de oro en sus '20.000 leguas de viaje submarino'. La semana pasada, durante la presentación de una novela de ficción, el anuncio del improbable hallazgo en esas mismas aguas gallegas del galeón 'Santo Cristo de Maracaibo', cargado con el oro de la flota de Indias, volvió a colocar en el primer plano de la actualidad la riqueza del patrimonio sumergido español.


«Sólo en el interior de los galeones de la época colonial, de 1492 a 1898, calculamos que hay unas 800 toneladas de oro y 12.000 de plata, oro suficiente como para acabar con la crisis en España», insiste Valero apoyándose en los estudios de su colaborador Claudio Bonifacio, investigador en el Archivo de Indias y autor del libro 'Galeones con tesoros', obra en la que se ofrece una exhaustiva información sobre cientos de pecios, su carga y su supuesta posición.

Tratar de rescatar alguno de esos buques no sería tarea fácil. Aunque la mayoría, por no decir todos los naufragios, están bien documentados en los archivos. Eran barcos del Rey, llenos de riquezas de la Corona y de particulares, por lo que su pérdida era una cuestión de Estado. Lo cierto es que, pese a su número, no hubo demasiados naufragios si tenemos en cuenta que cada año, durante dos siglos y medio, atravesaban el Atlántico convoyes de una docena o más de galeones sobrecargados, que navegaban por estima y no disponían de más previsiones meteorológicas que la experiencia. Por eso mismo, los avatares del naufragio, los testimonios de los supervivientes, las posiciones, las circunstancias y el manifiesto de carga aparecen anotados por los escribanos de la Corona con su picuda letra cortesana.

Valero conoce la lista completa de pecios españoles. Y es como para ponerse a soñar de inmediato con lingotes, monedas, esmeraldas y cadenas de oro. Anoten: la nao 'Santa Cruz' se hundió en Zahara de los Atunes en 1555. En ese mismo año se fue a pique en la playa portuguesa de Buarcos y Carrapateira la 'San Salvador'. En 1563 se hundió en Bahamas la capitana de la Flota de Nueva España. En 1589, en la playa de Troia (Portugal), desapareció la nao 'Nuestra Señora del Rosario'. En 1600, el 'San Diego' zozobró en Cavite (Filipinas) ante el ataque de una flota holandesa (este barco ha sido excavado y parte de sus restos están en el Museo Naval).

La lista completa de naufragios lleva a soñar con esmeraldas, lingotes de oro y de plata...

Sigan apuntando: 'San Roque', 'Santo Domingo', 'San Ambrosio', 'Nuestra Señora de Begoña', 'Nuestra Señora de los Remedios' (en Zacatula, México), la nao 'San Antonio' (costa de Tabasco), el 'Nuestra Señora de Atocha', hundido por un huracán en Florida, la almiranta de la Flota de Nueva España, 'Nuestra Señora de la Concepción', la almiranta de la Armada de Tierra Firme, 'Nuestra Señora de las Maravillas'... Miles de millones de euros hundidos en el mar a la espera de rescate. Miles de millones de lecciones de historia a la espera de que alguien se ponga las gafas de bucear y se anime a leerlas...

lunes, 4 de abril de 2011

La batalla de Lepanto


Desde que los turcos tomaron Constantinopla en 1453, toda Europa estaba amenazada por el Islam. En el Mediterráneo oriental eran recuentes los ataques de los corsarios otomanos a importantes asentamientos europeos principalmente en África y Asia menor. El comercio peligraba y la fé católica y la cruz  podía sucumbir ante la media luna y el islamismo.
 
  El sultán Selim II, en 1570 inició la conquista de Chipre y la tomó pasando por cuchillo a toda la guarnición. Los sobrevivientes que eran Venecianos piden ayuda urgentemente a las potencias cristianas y sólo el Papa Pío V les responde. Este a su vez convence al rey de España Felipe II para que también ayude. Se forma entonces la Liga Santa o Cristiana formada por España, Venecia y los Estados Pontificios quienes armaron una formidable escuadra para combatir a los turcos y frenar su expansionismo por el mediterráneo oriental.
  Las mayores escuadras de su tiempo, la cristiana y la musulmana, se enfrentaron en las aguas de la ciudad griega de Lepanto, en el actual estrecho de Corinto, el 7 de octubre de 1571.
  Muchos exploradores, incluido Jacques Cousteau, han buscado en vano los restos de la batalla que mantuvieron seiscientos barcos con más de doscientos cincuenta mil hombres a bordo. Ahora un equipo de arqueólogos submarinos han hallado una evidencia sensacional…

Hallan en el fondo del mar una valiosa cadena de oro de un galeón español


'El Nuestra Señora de Atocha' se hundió en 1622 cerca de Cayo Hueso, en el sur de Florida, como consecuencia de un huracán.





Miami (EE.UU.) (Efe).- Una cadena de oro con un crucifijo valorada en 250.000 dólares (unos 182.000 euros), que formaba probablemente parte del tesoro del galeón español del siglo XVII Nuestra Señora de Atocha, fue hallado a unos 48 kilómetros de Cayo Hueso (sur de Florida, EE.UU.) informaron hoy medios locales.
La cadena de oro, de algo más de un metro de largo, muestra cuentas similares a las de un rosario e incluye una moneda también de oro con motivos religiosos y un crucifijo con inscripciones en latín.


Fue un submarinista del Museo Marítimo Mel Fisher, situado en Cayo Hueso, el que halló la cadena en el fondo marino mientras el equipo de cazatesoros buscaba restos de la sección de castillo de popa del galeón español, que naufragó en las costas de este estado cargado de oro y plata en 1622.
El Nuestra Señora de Atocha se hundió ese año cerca de Cayo Hueso como consecuencia de un huracán mientras intentaba regresar a España. Parte del tesoro, compuesto por más de cien mil monedas de plata españolas y valorado en 450 millones de dólares (unos 328 millones de euros), fue descubierto en 1985 por el cazatesoros Mel Fisher, que murió en 1998, a la edad de 76 años.


Los descendientes de Fisher, que poseen los derechos del barco naufragado, siguen buscando el resto del tesoro procedente del Atocha. "El tesoro hallado del 'Atocha', de más de cuarenta toneladas de plata y oro", se compone de monedas denominadas "piezas de ocho", esmeraldas, cadenas de oro, objetos preciosos y lingotes de plata, según la página Tesoros del Mel Fisher.
Según los descendientes del famoso cazatesoros, unos 400 lingotes de plata y más de 100.000 monedas podrían permanecer todavía depositados en el fondo marino.




Galeón Nuestra Señora de Atocha: